Como viene siendo habitual durante los últimos veranos, aprovecho para recorrer España y visitar algunos lugares en los cuales no he estado antes, y otros que vale la pena repetir. Hacía algunos años que tenía en mente recorrer la parte norte de la península de Oeste a Este, pero siempre surgía otro plan.
Este año por fin pude realizar este largo viaje y visité Galicia, Asturias, Cantabria y el País Vasco. El objetivo era conocer de primera mano playas que son míticas para los fotógrafos de naturaleza.
Seguramente muchas de estas playas eran desconocidas para la gente hasta que José B. Ruiz decidió recorrer España para un proyecto llamado S.O.S Paisajes de mar. Desde entonces algunas playas se han vuelto muy fotografiadas.
Durante mi estancia en Galicia pude disfrutar de muchas playas y calas. Hay infinitas, y si viviera allí seguramente iría descubriendo nuevos lugares cada día. Sin embargo, hacia el final del recorrido pude disfrutar de una de las más conocidas de toda España, la Playa de las Catedrales.
Esta preciosa playa, llena de rocas con formas de arcos, oquedades y pequeñas balsas de agua formadas durante la bajamar es un reclamo turístico indispensable para Ribadeo. Pero sigue sorprendiéndome cómo cambia la percepción de un lugar visto a través de fotografías y después de visitarlo. Todo cambia y toma una dimensión diferente, difícil de volver atrás. Una vez allí, te creas tu espacio en tres dimensiones siendo capaz de situar cada fotografía en su lugar.
Hay varios detalles a tener en cuenta si quieres visitar la Playa de las Catedrales. La primera es que sólo se puede recorrer a pie durante la bajamar. La otra es que si quieres visitarla en verano tienes que realizar una reserva gratuita a través de su web. Sin embargo, si eres tan madrugador como yo, o te esperas a las últimas luces no te va a hacer falta.
Durante los dos días que estuve allí prácticamente pude disfrutar de todo tipo de luces, desde momentos de Sol, nublado, niebla que entraba desde el mar, incluso un precioso amanecer, único momento de luz que yo buscaba.
Cuando vas a hacer un amanecer tienes que saber lo que quieres fotografiar, si va a ser a contraluz, si la luz del Sol iluminará tu escena…Los colores más vivos están en el lugar donde sale o se pone el Sol, sin embargo, debido al gran contraste es mucho más difícil tomar la fotografía. Necesitas utilizar filtros o disparar varias tomas con diferentes parámetros.
La fotografía «fácil» es la que está a tu espalda. Si tienes la suerte de que las nubes cojan color el contraste es menor. En la fotografía de portada, el Sol estaba saliendo detrás de mi. Se puede ver que hay bastantes nubes, algunas de color rosa, otras más azules debido a la diferencia de altura de cada una. Para realizar esta fotografía simplemente tuve que utilizar un filtro degradado inverso que restara algo de luz del cielo para contrarrestar la menor iluminación en la arena. Configurando un tiempo de exposición de 2 segundos y esperando el momento justo en el que la ola llegaba a mí conseguí esta preciosa imagen de uno de los arcos más fotografiados de la playa de las Catedrales.
Las fotografías no salen solas. La mayoría de las veces se planifican. Luego dependerá de muchos factores que se pueda realizar o no, sobre todo si es de naturaleza. A veces la diferencia está en disparar un instante antes o después. Todo está en la mente y en la mirada. Vemos lo que queremos ver. Si nos lo imaginamos probablemente seamos capaces de hacerlo realidad.