Historia de una foto: La Aurora Boreal soñada

Cualquiera que haya visto fotografías de Islandia alguna vez estoy convencido de que ha soñado con visitar Stokksnes. Si a esto le sumamos la posibilidad de cazar alguna Aurora Boreal, ¿os imagináis lo que puede salir de ahí?

Y es que he visitado este lugar en cada uno de mis viajes a Islandia y nunca había conseguido ver una Aurora Boreal en esta localización. Cada año, cuando viajo con mi grupo fotográfico es una nueva oportunidad. Sin embargo, o estaba nublado, o lloviendo o estaba despejado pero sin actividad.

De manera que en mi último viaje por Islandia iba a tener tiempo de sobra. Viajaba en mi furgoneta y no tenía ninguna prisa en irme, por lo que sólo era cuestión de esperar.

Cada día iba mirando el parte meteorológico y la actividad solar. Los primeros días en Islandia daban mejor tiempo en el norte que en el sur, por lo que me quedé en el norte. Ahí pude vivir una noche muy bonita de Auroras Boreales en la cascada de Godafoss. Cuando empezó a mejorar fui bajando poco a poco.

El pronóstico era excepcional. Las tres noches siguientes daban cielos despejados y Kp 6, así que ya me estaba frotando las manos. Durante la tarde estuve recorriendo la playa pensando en posibles encuadres.

A finales de agosto cuesta mucho que se haga de noche, por lo que la espera se hace larga. Aquella noche había luna, por lo que para poder disfrutar mejor de las Auroras, éstas tendrían que ser potentes. Lo bueno es que tendría el suelo iluminado, algo que es de agradecer puesto que la arena es negra.

Esta fue la primera fotografía que hice, cuando la luna empezaba a asomar por la derecha de las montañas.

Sobre las 00:00 empezaron a verse algunas Auroras. Unas pequeñas líneas muy finas de color verde y morado se dibujaron encima de las montañas, momento en el cual algunas de las personas que estaban allí empezaron a gritar y a silbar por la emoción. Algunos incluso empezaron a correr por la playa, algo que no me gustó puesto que iban con los frontales encendidos, arruinando las fotografías de todos los demás que estábamos allí.

Fue cuando me di cuenta de que iba a ser difícil hacer fotos con la cantidad de gente que había. En realidad no eran muchos, pero basta que haya 10 o 12 personas para arruinar una sesión nocturna. Los que hacéis este tipo de fotografías me entendéis perfectamente.

Así que decidí irme hacia la parte de delante, donde se puede ver el reflejo de las montañas sobre una fina película de agua. Lo que prometía al principio se convirtió en una larga espera, puesto que esas líneas definidas desaparecieron y tan sólo se podía apreciar una mancha verde estática sobre las montañas.

Había que tener paciencia, puesto que el pronóstico era de kp6. Mientras, la luna iba cogiendo altura por la derecha de las montañas.

Más de una hora después empezó a dibujarse una línea verde sobre las montañas, pero no era lo que quería. Yo buscaba líneas en movimiento. No fue hasta las 2:00 cuando una especie de línea arrugada empezó a formarse. Primero hice alguna fotografía con su reflejo, pero a pesar de utilizar un 14mm no era suficiente para captar todo de punta a punta. Así que rápidamente me puse a fotografiar una panorámica.

Un 14mm es suficiente para hacer la foto por el día, sacando las montañas y el reflejo. Pero cuando quieres también sacar las Auroras Boreales necesitas hacer una panorámica.

Uno de los problemas fue la ligera brisa (o eso recuerdo) que movía el agua y hacía que el reflejo desapareciera.

Cuando haces panorámicas parece que el tiempo avanza muy rápido. Tienes que intentar hacer todas las fotografías lo más rápido posible para que nada cambie. A pesar de que cada fotografía apenas tenía dos segundos de exposición, me parecieron eternos. Todo tenía que estar bien, sobre todo el enfoque y no debía cambiar nada durante las fotografías, ni la forma de la Aurora ni el reflejo.

La primera panorámica fue de 9 fotografías. Lo malo es que el arco estaba un poco descentrado.

Poco a poco fue cambiando y se fue curvando un poco más. Algo que me sorprendió fue que el arco iba tomando una forma de sierra, parecida a las montañas, lo cual era perfecto. La segunda panorámica fue de 10 fotografías. Los parámetros que utilicé fueron: 14mm, f1.8, 2s, ISO 6400.

Cuando haces una panorámica no sabes exactamente lo que saldrá, así que hay que tener claro lo que uno busca. La verdad es que tuve suerte de poder captar el reflejo, ya que el agua estuvo bastante movida el resto de la noche.

Eran las 3:00 y aún estaba esperando a que el cielo explotara de verde. Tan sólo una pequeña línea difuminada sobre las montañas, así estuvo casi toda la noche. De manera que pensé en buscar alguna duna en la que poder situarme y así sacar una silueta.

Al fnal no estuvo mal salir yo en las fotos, ¿no os parece?

A las 3:30 decidí irme a dormir. Tened en cuenta que en esas fechas a partir de las 4 y pico empieza la hora azul por lo que las Auroras desaparecerán poco a poco. La verdad es que me fui a dormir con un sabor agridulce. Por un lado contento, porque por fin había podido ver las Auroras en esta preciosa localización. Por otra contrariado puesto que el espectáculo que se prometía al principio se quedó en una anécdota.

A pesar de todo, pude conseguir la panorámica, la cual se ha convertido en una de mis mejores Auroras Boreales y por supuesto, una de mis mejores fotografías de Islandia.

Esta fotografía forma parte de mi calendario 2022, el cual puedes adquirir desde mi página web. Durante varios artículos iré contando la historia detrás de cada fotografía que aparece en el calendario.

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